5 beneficios que obtienen los hijos con una ruptura

No, no me he vuelto más loca todavía, el nivel de enajenación mental es el habitual. Pero es que hay ciertos temas que a veces me apetece abordar y no tienen cabida, dada la línea editorial del nido, en estilo autobiográfico (ay que risa, mira quien habla de estilo...) ni serio. En cambio, una sacudida loca al paradigma establecido en torno a lo que supone un divorcio en una familia, pues mire usted, eso sí me cabe.

Por lo tanto, vamos a obviar los dramas, dar por hecho cientos de días complicados, todos ellos ya pasaron a mejor vida y forman parte de eso que yo llamo "la otra vida". Y pasemos a eso tan de humanos, y tan socorrido, que es ver el lado bueno de las cosas. Yaaa, ya sé que es de lo más transgresor, incluso parece frívolo. Por supuesto que no debería pasar nunca ni haber ningún lado bueno, porque es algo que nadie desea, ¿me lo dicen o me lo cuentan? Pero déjenme seguir, les pido una oportunidad.



  1. Pasan a tener dos casas. Esto, que puede empezar pareciendo un inconveniente, llegada la edad crítica se convirtió en un activo en la vida de los pollos. Qué adolescente no soñó con poder decir hoy no te aguanto más, me iría ahora mismo, y poder irse? Y qué me dicen de la posibilidad de poder recrear su ambiente único en su dormitorio, personal, intransferible... dos veces? Tenían que haber visto a la polluela eligiendo este cuadro para casa de mamá, esta cestita para casa de papá. Y pasándolo bien, oiga, increíble pero cierto.
  2. Momentos de complicidad. En ese afán de minimizar daños, se crean momentos únicos e irrepetibles. Parece mentira, pero en la convivencia diaria, con las personas más cercanas a nosotros, ¿cuántas veces hablamos desde el corazón, comunicando sentimientos sin tapujos, cuántas veces nos acercamos de verdad? A veces se necesita una sacudida de grado 9 en la escala family para pararnos, vernos, y escucharnos de verdad. Todavía hoy, en el nido, cada vez que digo reunión familiar, se les levantan las orejillas y se ponen en modo espectante. Adolescetes si, pero insensibles, no. Hala, menudo punto más serio, paso a modo crazy de nuevo, si me lo permiten.
  3. Resilencia. Si, señoras y señores, estamos en la era coaching. No, yo no estoy capacitada para semejante tarea. Pero tengo particularmente cercana la experiencia de ser espectadora de una de las grandes del gremio, a saber, Nuria Pérez, casi paisana mía y comunicadora de lujo, les invito a descubrirla. Y el término número uno, el que describe a las personas con trayectoria férrea es sin duda este. Fueron dos puntos de inflexión simultáneos: mi curación de madre superprotectora, y la salida al mundo cruel de los pollos, a ese mundo donde no todo es felicidad, donde se tropieza, se pinchan todas las balsas de aceite, y todo el mundo a la deriva. Vamos, la vida misma. ¿No les parece importante? ¿Que los vástagos desarrollen capacidades de supervivencia por si mismos? Pues es lo que tiene caerse. Te levantas, te sacudes, y aprendes.
  4. Las relaciones. Una nueva distribución de las fichas en el tablero las coloca al lado de otras muchas desconocidas. Amistades recuperadas, por ambas partes, de las que participan los pollos o escuchan a escondidas con interés en las reuniones en casa... Familias que se vuelcan y se crean nuevas rutinas o lazos, o se refuerzan. Cada caso es un mundo, pero relaciones nuevas siempre surgen, y a los pollos les suele ir la marcha, así que esa vidilla nueva es una renovación que también aporta mucho. No digamos si con el tiempo papá o mamá, o los dos, encuentran nueva pareja. Hay por ahí montones de padrastros y madrastras que no son precisamente la bruja del bosque manzana roja en mano. Y esto, vamos a ser modernos y civilizados, o vamos a hacer como que lo somos, reconozcámoslo, enriquece, y mucho. Y si se diera el caso de ausencia de feeling, se refuerza la resilencia, alguien da más?
  5. Desubren que somos personas, además de mamá y papá. La perspectiva es distinta. Mamá ya no es solo mamá. Ellos no están siempre, por lo tanto, emerge una vida paralela, y ellos lo saben. Pueden acusarme de sobredosis de optimismo, pero estoy segura de que eso hace que nos miren de otra forma, y nos valoren más. 
Vaya, tienen suerte de haberme pillado en la fase optimista y creadora de la bipolaridad. No se extrañen si en breve saltan los circuitos y lanzo un medio decálogo, o entero, de improperios y quejas a discreción. Que conmigo nunca se sabe. Si quieren estabilidad y comportamiento líneal, búsquense otro blog. Para todo lo demás, Objetivo: nido vacío. 

Ya saben que me pongo loca con cada comentario!!! Háganme el favor, y alimenten un poco mi ego, haciéndome creer que ha llegado mi momento de gloria... ya saben, opción Nombre y dejen URL en blanco, es lo más fácil.

13 comentarios:

Yonosuperwoman dijo...

Eres sabia, y razonable. Estoy contentísima de haberte encontrado.
Un besazo, maestra

catalina dijo...

Pero... pero.... estás hablando de mí? jajajaja Muchísimas gracias, Paula, no sabes como agradezco tus palabras. Tu sí que te convertiste en un referente para mí desde que te descubrí. Esa alegría y esas ganas de vivir no es que contagien, es que provocan epidemias!!! Muchos besos.

Yolanda dijo...

Pues prepara tu ego que allá va... QUÉ DESCUBRIMIENTO ACABO DE HACER CONTIGO!!
En fin, mis hijos no son adolescentes (3 y 7 años, me queda aún un poco), pero desde la visión de mis aún niños, estoy totalmente de acuerdo contigo con lo que pones!
Que no es "lo ideal" tener a los padres separados? Ideal ideal... pues no es, no estaba en el plan inicial, lógicamente. Pero que no se acaba el mundo TAMPOCO. Que tendrán algunas taras? Como las tenemos todos, con padres casados o descasados. Algunas más, y lo mismo algunas menos.
Soy una convencida de que, dejando aparte el lado negativo, para mis hijos es enriquecedor tener 2 casas, 2 minifamilias, familias adicionales (por mi parte ahora parcialmente #somos5 con mi pareja y su hijo), formas de vida diferentes, diferentes normas, capacidad de superación... y que es increíble cómo los niños se adaptan, normalizan... son mucho más fuertes que los adultos!
Me ha ENCANTADO tu post. Si te apetece visitarme en mi instagram (aún no me he decidido con el blog...) ahí dejo retazos de mi vida de 2 (novios sin niños), 3 (mis hijos y yo) y 5 (Kellyfamily al completo).
Me voy a dar una buena vuelta por tu blog, que estoy segura de que voy a encontrar más cositas interesantes...

Un abrazo!

catalina dijo...

Vaya vaya... Hoy me habéis hecho el regalo más grande que podíais: palabras de comprensión y complicidad. Me encanta que mi experiencia conecte con madres como tu, sin tener en común conmigo las edades de los pollos. Todo un honor, y miles de gracias!,

catalina dijo...

Por cierto, Yolanda, cómo te busco en Instagram? Y sobre lo del blob, no dejes de hacerlo. Para mí fue toda una revelación personal, me sirve de terapia, de desahogo, he conectado con personas de las que ya no podría prescindir... todo ventajas, anímate. Un besote.

victoria dijo...

Pues está claro que no es sobredosis de optimismo. Te lo digo yo que mi ex me dejó con un bebé de mes y medio después de más de 10 años de relación. La parte que te has saltado, del dolor y esas cosas a veces es más larga y a veces más corta, pero los mayores, que son sabios te dicen que todo se supera, y tanto!!
Mi hijo con sus dos años y pico lo tiene claro, y dirás, ya está otra madre loca que piensa que su hijo es super inteligente y se entera de todo... pues creer no lo creo, pero la realidad supera la ficción...jajaja. ve a su padre una tarde por semana y unas horas del finde cada 15 días. Cd me lo trae cada miércoles me dice, "hola mamá, adiós papá" y entra a jugar en casa encantado...
A mi me sigue dando pena que no crezca con la figura paterna al lado, como el resto de sus amiguitos, pero hay que ver el lado bueno de las cosas y que pueda vivir experiencias diferentes debe de ser una de ellas,no? Y no sólo él, qué pasa conmigo? Pues al principio lo pasaba fatal por tener tiempo libre, pero ahora le estoy cogiendo gustillo, jajajaja.
Enhorabuena por tu blog!

catalina dijo...

Ay, Victoria, es que esa fase "negra" es tan absorbente, tan dolorosa, que necesariamente hay que pasar página y resurgir de las cenizas. De ahí que yo la llame "la otra vida". Mi punto de inflexión fue el momento en el que empecé a ver esa adaptación de los pollos, que también eran niños, y darme cuenta de que los tres empezabamos a sumar activos en nuestras vidas. Y eso bien se merecía recordarlo y conservarlo en un post. Muchas gracias por leerme y el comentario. Besotes!

Pilar / MamásFullTime dijo...

Jo, coincido en que la casualidad me ha llevado a descubrirte y resulta que estás por elpatio (TW) y que sigues mis chaladuras... ¡¡jatetú!!
No sé lo que es el divorcio ni la separación, ni de mis padres, ni de mi marido (y espero seguir así que a mi edad los cambios.. no sé yo..) pero entiendo perfectamente lo que cuentas y me sirve para cambiar cosas y comportamientos.
Mis polluelos aún son jovenzuelos (7 y 11) pero la preadolescencia se ha instalado en el cuerpazo de ElMayor así que esos momentos de complicidad y colegueo creo que los necesita más que el comer... y eso que mi niño es una lima.
Seguiré visitándote que me ha gustado mucho leerte, maja.
Bss

catalina dijo...

Muchas gracias! Me alegra mucho que te haya gustado, Besotes!

Yolanda dijo...

Hola otra vez Catalina! Pues linké mi IG al nombre, pero lo mismo no funciona?? Da igual, aquí te lo dejo: @yo_enelmundo
Es mi ensayo general... de ahí al blog! o ya veremos, lo estoy pensando :)
un abrazo

Mili dijo...

Solo decir que estoy muy orgullosa de tener en mi circulo de gente a esta madre coraje
Besos

catalina dijo...

Gracias en buena parte a que estoy cerca de ese círculo, que es de los mejores!!!
Besotes!!!

catalina dijo...

Gracias en buena parte a que estoy cerca de ese círculo, que es de los mejores!!!
Besotes!!!