Vueleeeeé????


Si alguien me dice hace casi una veintena de años que hoy mi prioridad sería ir dando empujoncitos a unos pajarracos para que vayan abriendo las alas y vayan pensando en cómo volar, directamente pensaría: si, 2015 será el año del fin del mundo!

Una vez curada de ese ansia protector, y después de unos buenos meneos, de esos que nunca te preocupan y son precisamente los que le dan la vuelta a tu tranquilidad cuando menos te lo esperas, aquí hemos llegado. Nos encontramos a la busca y captura de una plaza Erasmus.

Vale, que si, que no estudian, que se dedican a vivir la vida, liarse en todos los sentidos, vagonear, etc. Pues a Dios pongo por testigo: si con la miseria de presupuesto que va a  manejar, -en el hipotético caso de que consigamos salvar todos los escollos económicos y logísticos antes de que agarre la maleta por esa escalerilla empinada de un cutre avión de Ryanair-, consigue hacer la mitad de todas esas tropelías, el pollo se convertirá en mi héroe.

Menos mal que en medio de toda esta marea de educa-ficción, tenemos a mi costillo, soltando dosis de realidad, atando lastre a los chiflados que tiene en casa, que sueñan con cursos universitarios en el extranjero con esta precaria vida de currantes que llevamos... Una hiperosadia, vamos, que pretensión!!

¿Quién dijo miedo? Con un poco de suerte, en unos meses quizás el pollo pueda mirarnos con cara de ilusión al más puro estilo Petri preguntando: ¿Vueleeeeé?


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