También aprovecho la coyuntura, y lo incluyo en la edición de este mes de Hay vida después de los 6. Que me ha salido redondo, vaya...
Muy bien. Ha llegado el final de curso. Y ¿en qué están inmersas las madres y deberían estar inmersos los padres "que ayudan"? En saber que hacer para sobrellevar toooodo el tiempo libre de los hijos. Entiendan sobrellevar como más se adapte a su caso. Hay quien necesita sobrellevarlo porque simplemente los días parecen de 48 horas cuando no hay colegio. Hay quien tiene que buscar la manera de que los hijos no queden abandonados, porque, queridos habitantes de España, eso de conciliar es un puritito cuento chino, que ya están cansadas de decirlo las Malasmadres.
Están todas esas realidades, y luego también las del nido/nidos. Los pollos ya no necesitan cuidados. Al menos no de los de tipo vestir, alimentar, acompañar. Estamos en otra fase. En la que su compañía hay que ganársela, y la conversación, también. De modo que, por si se diera el caso de que se conjuntasen todos los astros necesarios y quisieran compartir tiempo conmigo, he pensado posibles actividades.
Enseñarles a cocinar. Ya sé que voy tarde. Y eso lo están pensando sin saberse toda la historia. Aquí la pájara descastada, tiene un pasado de dar clases de cocina extraescolares a pequeñajos. Increíble pero cierto. Toma cuchillo de palo. Lo intentaré, pero vendré y les contaré si adiviné lo que pasaría: el pollo removerá con una mano y con la otra contestará whattsapps. La polluela pondrá todo el entusiasmo un dia, porque si que le gusta, pero al siguiente decrecerá el interés, demasiada vida social y de bailadora hiphopera.
Echar partidas a juegos de mesa. Esto puede que salga bien, tenemos un pasado pictionary/parchís/lince/escoba. Si no me derramo sobre el tablero. La edad aporta cantidad de cosas positivas en cuanto a carácter, pero la paciencia la deja bajo mínimos. En cero coma estaré deseando hacer algo "útil".
Ir a la playa. Vivimos en el litoral. Con lo cual lo incomprensible es que este punto no sea el primero, ¿verdad? Pues es que no nos gusta. Ni al pollo, ni a mí. A la polluela la afición le va y le viene. Pero el centro neurálgico de sus actividades es la escuela de baile. Como para estar esperando al rato que le sobre...
Hacer deporte. La polluela ya hace deporte. Y llega a casa arrastrándose. Paso palabra. El pollo, a ver como se lo explico... ¿se imaginan a alguien que cuando le dicen corre que no llegamos, lo más probable es que no lleguemos? Pues eso, deporte descartado.
Me quedan dos opciones, que se me ocurran. Engancharnos a una serie, que hoy en dia, la familia que ve una serie HBO unida, permanece unida. O irme directamente a Maoma, yo, que me sé montaña.
Así que les dejo, me queda un largo camino de aprendizaje de juegos on line de rol y estrategia (creo que a eso juega el pollo) y dar un repaso a vídeos de youtube para ponerme a la altura de la polluela en cuanto a youtubers influencers.
Nota: sepan ustedes que debo aclarar, y no precisamente a ustedes, que ya me han cogido el punto, que todo parecido con la realidad es pura caricatura. Que tengo dos hijos maravillosos que hacen a su madre el caso que tienen que hacerle, y el que se merece. He dicho.
Si se animan a comentar, se admiten sujerencias. Pero por favor dosifíquenlas, una ya tiene una edad, y según que actividades requieren de una preparación psico-física. Ya saben, elijan Nombre y dejen URL en blanco, si no quieren complicarse.
Hay vida después de los seis años" es una iniciativa en la que queremos implicar al mayor número posible de blogs con el fin de hacer más visibles los problemas y situaciones que viven las familias con niños que han dejado ya atrás la primera infancia. Hijos en edad escolar, preadolescentes, adolescentes... todos tienen cabida aquí. Si estás interesado en aportar tus experiencias sobre el tema propuesto, no tienes más que publicar bajo el hashtag #hayvidadespuesdelos6 el tercer lunes de cada mes
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