¿Saben nuestros hijos ser amigos?

Una de dos, o este mundo es muy duro, o yo muy blanda. Ops... va a ser que las dos cosas, me temo.

En esta, la peor semana que no podría haber imaginado ni de lejos. En este día, que tendría que tener de rutinario lo que cualquier miércoles, y no lo consigue. Es ahora cuando traducir pensamientos a golpe de teclado no me llega.



Me van a disculpar, pero me voy a permitir salirme del guión. Este post no va de madre. Ni de hijos. Ni del nido. Bueno, del nido si, porque siempre hemos llevado a gala por aquí el saber que la amistad tiene que ser, necesariamente, la salsa de todos los platos. Los amigos son -y somos- satélites imprescindibles. Encargados de garantizarlo casi todo. Comunicación, apoyo logístico, estabilidad emocional...

Que no me hablen de prioridades. No siempre está más cerca el que más ADN comparte. Con suerte, si.

Por aquí hemos reído, llorado, y viajado por amigos. Han sido un escudo en ocasiones, otras un trampolín. Nos han enfadado, nos han hecho felices, y nos han hecho sentir orgullo muchas veces. De todo, menos indiferencia.

Solo espero que los pollos lo sientan igual. Que sepan echar el freno a su mundo si un amigo los necesita. Que la empatía sea su religión.

Quizás así el mundo se sienta un poquito más blando.




5 comentarios:

Mónica Lemos dijo...

"Que La empatia sea su religión " me ha encantado esa frase y el tema sin duda importante!!
Muaa

Mónica Lemos dijo...

"Que La empatia sea su religión " me ha encantado esa frase y el tema sin duda importante!!
Muaa

Unknown dijo...

De acuerdo con Mónica, gran frase "que la empatía sea su religión". Me uno a tu petición.

catalina dijo...

Gracias, cuanto me dais con los comentarios. Besotes!

catalina dijo...

Gracias Divi!! Un besote grande!!!