Mamá quiero un gatete
Una, tres, mil veces!! veo gatetes hasta en la sopa. Me salía más a cuenta hacérselo que estar escuchándola toooodo el día. Se salva la polluela que es amigurumi y se hace relativamente rápido.
Pero vamos a ver, no era que somos mayores? Si, para todo menos para rodearse de lindos gatetes, ositos, perritos y demás itos en forma de cuerpito achuchable. Así que con sus quince flamantes añazos, dormimos con el gatete, pero vamos, que no es por nada, es que es lo más cómodo una vez que cae rendida en la cama, por aquello de no apartarlo...
Ay, adorable adolescencia!!!
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