Ni se imaginan lo que envidio a todas las autoras de blogs sobre maternidad reciente. Esa libertad de poder lanzar todos los improperios necesarios para desahogar y ayudar a disipar todos los instintos malignos que a todas nos acechan de vez en cuando, o sea, en momentos varios durante las siguientes veinticuatro horas que siguen a la salida del sol. Todas ellas tienen algo en común: vivir con la seguridad absoluta de que sus retoños no son conscientes, y sobre todo, no son testigos, de su bitácora pública.
De modo que aquí estoy yo, teclado y tembleque en manos, pensando si lo que se me ha ocurrido hoy soportará el filtro al que debería someterlo teniendo en cuenta que esto es un blog público, para un público que puede que incluya a dos pollos mega susceptibles en todo lo que concierne a lo que se empeña en vomitar urbi et orbi su querida y descerebrada madre.
Hijos míos, lo siento en el alma, pero me debo a mi fiel y reducida audiencia. Es hora de que sepan que yo soy débil, y vosotros fuertes. Otra explicación no puede haber para que una y mil veces os salve el pellejo cuando decidís -pero que digo, no es una decisión, es un modus operandi- dejar para el último momento cada una de las cosas que tienen un plazo límite de ejecución. Vale que hay una base genética, me vais a decir, pero no estamos hablando de mí, cada cosa en su momento.
No se imaginan, o puede que si porque lo vivan en sus carnes, en qué medida este nido se rige por la ley de Murphy. Lo constatamos a diario, pero se ve que solo lo hacemos los pájaros al mando. Porque los pollos se empeñan en desafiarla, les aseguro que no puedo entender esa afición, que empiezo a pensar que es adicción, a vivir al límite.
¿Qué tenemos una ponencia mañana de la que depende una nota importante? Pues adivinen a qué hora se ponen en contacto el pendrive y el ordenador para transferir datos: en la misma mismita mañana, al levantarse, a cero coma de tener que irse a clase. Y qué dice Murphy? que nanay, que el ordenador hoy se bloquea. Solución: mamaaaaaaaa!!!!!
Se van de viaje, y no conmigo. Me desentiendo por lo tanto de todo el tema logístico. Ja! Habrá algo más dificil de olvidar, en esta tesitura, que preparar una maleta? No. Ergo estamos de acuerdo en que si llega el día de la partida y ni siquiera sabemos dónde cogerán todas las pertenencias, no estamos ante un problema de memoria. Solución: mamaaaaaaaaa!!!!
Mejor no nombramos todas las situaciones vividas relacionadas con entregas de formularios, formalización de matrículas, pagos de excursiones que casi hay que hacer con el dinero en la boca subiendo al autobús porque jamás me ha llegado la nota de aviso... Todo tiene siempre la misma trayectoria de búsqueda de solución: mamaaaaaa!!!!!
Y mamá, que es débil, ayuda. Y ellos, que son fuertes, se van de rositas. Total, que mamá saca el coche para llegar a tiempo a clase -ponencia a salvo en pendrive-, mamá busca una bolsa adecuada y ayuda a que los calzoncillos no tengan que ir en una bolsa del súper, mamá rebusca en su cartera hasta el último céntimo a ver si llega lo que tiene para pagar la excursión en el límite máximo de plazo...
Ahórrenme por favor la consabida frase de que es porque yo quiero. Si sus hijos son pequeños, simplemente, esperen. Y si cuando llegue el momento consiguen ser más fuertes que yo, déjenlo, no hace falta que me lo cuenten. Me alegraré igualmente por vía telepática, lo prometo.
5 comentarios:
Me encanta... tengo un pollo de 23 años. Y vivi y sigo viviendo esa situación ....
Jajaja tus pollos son lo más!! Si es que en el fondo mami está para todo y lo estará siempre
Claro que si!!! Pero son como todos, llegando a esta etapa, la cosa está así. Ahora a ver si reúno el valor para contar que en realidad son igualitos a mí, siempre corriendo y siempre en el último minuto!!! Y yo también tengo quien me salve el pellejo, que mal acostumbrados estamos!!! jajajaja
Besotes!!!
Pues ya estás contando detalles para que no sea yo la única que queda de mala!!! jajajajaja
Muaaaakkkkssss!!!!!
Claro que si!!! Pero son como todos, llegando a esta etapa, la cosa está así. Ahora a ver si reúno el valor para contar que en realidad son igualitos a mí, siempre corriendo y siempre en el último minuto!!! Y yo también tengo quien me salve el pellejo, que mal acostumbrados estamos!!! jajajaja
Besotes!!!
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