A mi los pollos no me la dan con queso (o si)

A mi si no me la dan con queso. Que monas somos las madres. Y memas. Todas, dejaos de ser mamás modernas, de vuelta de todo, conscientes de la realidad, y presumiendo de "yo recuerdo muy bien lo que fue tener quince años". Anda ya, a otro perro con ese hueso. Sordas, ciegas, y en los mundos de yupi, os lo digo yo.

¿Que nos dicen que se van antes porque así aprovechan y estudian en la biblioteca? Si, si, tú pensarás que no te la está metiendo doblada, y que vaya, los tiempos no cambian tanto para algunas cosas, pero confiesa: en tu mente, en un rinconcito, visionas a tu niña allí, sentadita, con el libro abierto, empapándose de conocimientos.

Mamá, me haría falta un vaquero, los que tengo están ya viejos, y otros ya no me sirven. Ay mi niña, que está sin mudas. Hala, corre corre a comprar los modelitos, que lo que nos gusta que vaya guapa, que como ya perdimos el tren de domar a nuestros michelines, subimos al cielo viéndolas con sus cuerpos lozanos a los que todo sienta bien, que asco dan, por dios. Y cuidado, que tú sabes que el armario está petado, y si no hubieras mandado a la objetividad de vacaciones, echarías el freno, abrirías el armario, y le dirías:  que no tienes pantalones? vale, y éste? y éste? y éste?

Whatsapp: Mamiiiiii (carita triste con una discreta lagrimilla asomando). Ay mi niña, que le pasará. Si, sigue siendo mi niña, es dan dulce recurriendo a su mami... Ja!!  Preludio de petición. Puro y duro. Eso es lo que dice la luz roja parpadeante que ves al fondo de tu cerebro. Pero como tienes espongiforme  justo el lóbulo que controla la relación con la pequeña arribista, zas!! estás lista para ceder a sus emotivas y bien razonadas, siempre, solicitudes.

Luego está lo del pollo. Máster en relaciones parentales, cum laude: ¿Puedes llevarme al autobús? Para irme todo el fin de semana tengo que llevar muchas cosas, a ver donde las meto, encima llueve, el portátil se me va a mojar, blablablablabla... Hace tiempo que dejaste de oír. Ya tienes la trágica escena en tu mente con los siguientes elementos:

1- lluvia torrencial (en realidad hace como dos horas que solo caen dos gotas por metro cuadrado, y lo sabes)
2- un portátil que cuesta una pasta susceptible de morir ahogado (imposible, nadie se ahoga en dos gotas, y lo sabes)
3- un pollo exausto llegando con la lengua estrangulada a la estación de autobuses ( dos metros de hombre de casi veinte años, y eso, por supuesto que lo sabes)
4- una creciente preocupación porque pierda algo de valor por tener que poner las cosas en el portaequipajes del bus (una mochila casi vacía y un portátil que llevará encima, es universitario en la era 2.0, y lo sabes, todo está ahí).

Y lo llevas.

Sordas y ciegas. Eso si, mudas no, oiga, que más nos valdría. O saber decir solamente una cosa: No.